domingo, 27 de junio de 2010

Cómo aprovechar las distracciones futboleras de los hombres

(de mi fanpage del Manual de instrucciones para Recién Separadas en Facebook)

En estos días de varones obnubilados por el fixture, los arbitrajes, las cábalas y la taquicardia pre y post tiro de esquina, las mujeres podemos hacer cambios en nuestra anatomía y en el entorno familiar sin que a ellos se les mueva un pelo, porque no se van a dar cuenta. En otras palabras: él romperá menos las pelotas, porque estará estúpido mirando LA pelota.

Anoten, chicas, todo lo que podemos hacer:
1) Contratar un profesional para que termine de pintar la pieza de los chicos, esa que él dejó por la mitad y quedó como si la hubiera lamido una vaca.
2) Teñirnos, hacernos la permanente o esculpirnos las uñas sin tener que aguantar sus protestas por lo que gastamos o por lo mal que según él nos queda.
3) Cambiar el pesado juego de comedor de estilo barroco, herencia de la bisabuela de él, por uno más moderno, fácil de limpiar y que ocupe menos espacio
4) Renovar en el jardín las petunias, pensamientos, violetas de los Alpes y todas esas plantas delicadas y coloridas que él odia, y que nos destroza cada vez que juega con el perro o corta el pasto.
5) Coquetear con el electricista para que, además de cambiar los tomacorrientes de la cocina, por el mismo precio nos ponga un par de farolas en el jardín.
6) Adoptar un gato o perro callejero. Es más, el bicho podrá tirarse a dormir en el sofá junto a él mientras mira el partido, que no lo va a registrar.
7) Hacer dieta. Cada vez que con la excusa de mirar un partido él se vaya a comer un asado con los amigos, podemos aprovechar para desintoxicarnos con verduritas al vapor, arroz integral y ensalada de ajo y achicoria.
8) Si él acostumbra mirar los partidos en casa y no lo soportamos, pedirle a alguno de sus amigos que lo invite a verlos en un bar; es la única forma de que nosotras los podamos ver tranquilas sin que nos taladre los oídos con sus gritos de cavernícola en celo ante cada jugada peligrosa.

Una R.S. también podrá obtener algunas ventajas durante el mundial, aunque no tan notorias:

1) Si tiene hijos varones, seguramente su ex querrá tenerlos con él cuando vea los partidos. Aproveche para quebrantar el riguroso régimen de visitas que fijó la justicia y déjelo que se lleve a los nenes a la hora que quiera, y el día que quiera; cuando usted necesite que le devuelva la atención quedándose con los chicos un día que no le corresponda, él no se podrá negar. Y si se niega, con recordarle que usted ya fue generosa durante el mundial tendrá con qué negociar.

2) Si su ex no se los pide para ver el partido con ellos pero el papá de él, el abuelo de los chicos, es futbolero, dígale que los nietos estarían contentísimos de ver el partido con el nono y mándeselos vestidos para la ocasión, camisetas y cornetas incluidas. Y usted, descanse y mire el partido en paz, o aproveche para hacerse una limpieza de cutis, darse un baño de pies con sales relajantes, depilarse los bigotes con cera y todas esas cosas que los chicos no la dejan hacer tranquila.

3) Cada vez que gane la selección de su país, aproveche el estado de euforia de su ex (y el suyo propio) para pedirle con una sonrisa plata, o zapatos para los chicos, o cualquier cosa que necesite. Si lo agarra en caliente y con el grito de gol todavía resonándole en los oídos, puede que le sea más fácil convencerlo o sacarle unos pesos extra.

Pero si él se desaparece durante todo el mes porque está tan ocupado viendo los partidos que ni se acuerda de sus hijos, no le quedará otra que llenar el hueco lo mejor que pueda. Mi consejo es que respire hondo, se relaje y disfrute con los chicos el mundial, salga a gritar a la vereda con ellos, invite a los amiguitos a ver el partido con ustedes y toque la vuvuzela a todo pulmón. Sus hijos tendrán un recuerdo hermoso de su mamá, la pasarán bien y sufrirán menos la ausencia del padre.