jueves, 28 de mayo de 2009

El amor en los tiempos de la gripe porcina


En mi entrada anterior comenté que, mientras presenciaba una boda, me habían dado ganas de casarme “sobre todo si lograra encontrar un señor de mi edad en buen estado, con toda la dentadura, no demasiado excedido de peso, con una billetera generosa y que aceptara vivir en casas separadas, o al menos dormir en cuartos separados”.

Marcelo, un lector, me dejó este mensaje:
“Las premisas eran buenas... pero se arruinó todo con eso de "o al menos dormir en cuartos separados”.

Le expliqué mis razones:
“Estoy acostumbrada a dormir sola (dije dormir...); no me gusta que me ronquen en la oreja ni me resoplen en la nuca, y mucho menos despertarme por los saltos de alguien que tiene pesadillas. Además, lo de los cuartos separados me parece de lo más romántico: uno se visita, te metés en la cama del otro o el otro se mete en tu cama, y eso incentiva el ratoneo. Es como tener un amante en casa”.

Ahí Marcelo entendió de qué se trataba, y muy suelto de cuerpo me contestó:
Uy, mirá vos! Creía que eso de camas separadas era por un problema de gases, o algo así ;)
La verdad que la tuya es una muy buena idea, y la voy a probar. Podrías escribir una columna de consejos de este tipo, no?


Me lo tengo merecido, por hacerme la graciosa.

Pero lo de los cuartos separados no es broma. Lo pienso en serio. Y no sólo por lo de jugar a las visitas, sino porque, además, es higiénico.

Durmiendo con alguien uno se contagia, y contagia. Las necesarias seis, ocho horas de descanso, cuando uno de los dos está engripado convierten la cama en un foco infeccioso: pañuelos con moco debajo de la almohada, toses, estornudos, contienen un ejército de miocroorganismos que caen sobre el cónyuge sano, y lo enferman. Los cuartos separados evitarían la propagación de epidemias: no es lo mismo ponerse un barbijo y llevarle un tecito al quía, tomarle la fiebre, darle una aspirina, arroparlo y dejarlo que luche con sus propias armas contra el invasor mientras una duerme a salvo, que meterse en la cama junto a él, llenarse de virus toda la noche, y al día siguiente desparramarlos por todas partes.

Los cultores de la “cucharita”, acérrimos defensores de la cama matrimonial; los que consiguen conciliar el sueño pese a que piernas y brazos ajenos limitan sus movimientos; los que regulan su temperatura corporal a tono con la de su compañero de cama, en una simbiosis que nunca pude lograr; los que ni se enteran de que el otro se enroscó en el acolchado y los destapó; los que pueden dormir con la luz, el televisor o la radio encendidas y los que no se despiertan sobresaltados pensando que hay un temblor cuando el otro se levanta para ir al baño, seguramente no estarán de acuerdo conmigo sobre la conveniencia de dormir en cuartos separados.

No me importa. Yo seguiré durmiendo solita y sola, como a mí me gusta, sin piernas que a modo de torniquete me corten la circulación, sin ruidos ni olores molestos, sin que el desbarajuste ocasionado por un intruso me obligue a tender la cama todos los días. El que quiera tener algo conmigo, ya lo sabe: podemos chivatear hasta que las velas no ardan o nos paralice una contractura (a mi edad, lo último es más probable), pero después, como decía mi abuela, ¡cada carancho a su rancho!

8 comentarios:

  1. No se vale escribir cada un mes che! jaja

    Mi abuela decia, "cada chancho a su rancho" supongo que se veia venir esto de la gripe porcina, por eso los viejos son los mas sabios.
    Soy chica todavía para experimentar este tipo de calamidades,Buda me libre...

    ResponderEliminar
  2. Hola Graciela:
    Recién descubrí tu blog y lo leí casi entero. ¡Algunos posts son muy buenos!
    Qué lindo el trabajo que hacés, a mi me encantaría corregir textos. Te cuento como anécdota que hace poco salió un aviso de una editorial que solicitaba correctores, y cuando voy a su sitio web estaba lleno de errores ortográficos y gramaticales. Les mandé un mail señalándoles algunos pero después de un mes no han corregido nada!

    Y con respecto a este post, estoy totalmente de acuerdo, y casualmente anoche estaba pensando en el tema.

    Te agendo entre mis favoritos para seguir leyendo.
    Saludos de otra cordobesa!

    ResponderEliminar
  3. ¡jajaja! Buenísimo. Un amigo me pasó tu blog, nunca lo había visto, ahora lo voy a visitar seguido.

    ResponderEliminar
  4. Hola Gra !
    Para mi lo peor de dormir con otro son los ronquidos !
    Es que me ponen tan mal que siento que podría convertirme fácilmente en asesina . Y como soy tan ... digamos " legal" no quisiera vivir el resto de mis días en la cárcel.
    Es que sé que no sería un solo balazo, sino ametralladora completa ! Ves...lo escribo y ya me horrorizo de mi misma !
    Te mando un abrazo desde la fría Buenos Aires.

    ResponderEliminar
  5. Yo comparti habitacion siete anios con un hermano que roncaba y en lugar de hacerme inmune esto me hace mas partidaria de tu iniciativa de las piezas separadas, es la mejor idea del mundo.
    Beso gra! Desde alemania en donde no se poner las enies ni los tildes!
    Espero que todo bien con tu vida, y que te acuerdes un poqui mas seguido de tu blog.

    ResponderEliminar
  6. Uy, mis 15 segundos de fama! ;)
    Pero a ver si entendí: los nuevos agentes patógenos te mataron el romanticismo? O esto ya venía de antes?
    Con todo respeto, eh? Es que a veces desnudás tanto tu alma que por ahí nos sentimos con derecho a pedirte mas...

    ResponderEliminar
  7. Marcelo, no te confundas: una cosa es el romanticismo, y otra que te ronquen en la oreja. Lo de los virus y demás viene a ser el soporte ideológico de mi teoría. Si leíste los demás comentarios, te habrás dado cuenta de que no soy la única que piensa así...
    En cuanto a lo de pedir más, pedí todo lo que quieras menos plata, que no tengo.

    ResponderEliminar
  8. No, si faltaría mas: ¿quién se atreve a discutirles la practicidad de dormir solas? De hecho, concuerdo con Uds al punto que antes de dormir con una mujer pongo dos condiciones: nada de ronquidos, nada de flatulencias.
    A lo que apunto es que, si tenés ganas o tiempo de notar esas otras desventajas del dormir en compañía, es porque se te está muriendo el romanticismo...
    ¿O tengo que exponerlo mas claramente? ;)

    PS: ¿no tendés la cama todos los días, aunque duermas sola?

    ResponderEliminar

Me interesa tu opinión; es la mejor manera de saber que alguien me lee...